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Transcripción “Vacío espiritual”

  • Foto del escritor: Acción Católica
    Acción Católica
  • 20 abr 2022
  • 5 Min. de lectura

Vivir sin rumbo... Marian Rojas Estapé



Este mundo sufre un gran vacío espiritual, el 90% de las personas no sabe por qué se levanta cada mañana.


Piensa por ti mismo... wake up...


El vacío espiritual: Este mundo sufre un gran vacío espiritual y esto nos lleva a una búsqueda frenética de métodos de relajación, de satisfacciones corporales, comidas, vino, temas sexuales, masajes, todos los temas digitales, cosas que no tienen por qué ser malas, pero que sustituyen el verdadero sentido de la vida.


Hemos perdido los valores: Hay que volver a los valores, y qué son los valores, los valores es aquello que nos hace crecer como personas, aquello que nos perfecciona y aquello que nos guía en los momentos de caos y de incertidumbre... y sólo existe un antídoto para esos momentos, sólo existe uno y ese es el amor.


Vivimos sin amor: El amor a una persona, enamorarse, querer a alguien de verdad, me gusta decir que en el fondo de cada uno de nosotros existen tesoros escondidos que se revelan cuando uno quiere de verdad. El amor nos abre y nos da alas para conseguir cualquier cosa. El amor a una persona, el amor a los demás, el amor a los ideales y a las creencias.


No somos coherentes con nuestros ideales: Decía Confucio “no son las circunstancias de la vida las que hacen felices a las personas, sino sus ideales”... Nelson Mandela en la Isla de Rodeen, Santo Tomás Moro, que a pesar de las circunstancias adversas, eran felices, porque eran coherentes con sus ideales.


Vivimos perdidos: El 90% de las personas no saben por qué se levantan cada mañana, hemos perdido los motivos para alegrarnos y muchas veces la tristeza, el rencor y el mal humor, se han convertido en dictadores de nuestra vida.


No vivimos el presente: Como psiquiatra, suelo definir la felicidad como vivir instalado de manera equilibrada en el presente, habiendo superado las heridas del pasado y mirando con ilusión al futuro. Los que viven enganchados en el pasado, son los depresivos, son los resentidos, son los amargados. Los que viven constantemente angustiados por el futuro, son los ansiosos.


Vivimos con ansiedad y depresión: Depresión y ansiedad, las dos grandes enfermedades del siglo XXI. Nosotros nos hemos olvidado que sólo tenemos capacidad de actuar en el hoy y en el ahora. en 90% de las cosas que nos preocupan, nunca, jamás, suceden.

Tiranizados por la mente: La necesidad constante de controlarlo todo. Hay que darse cuenta que hoy en día la mente viene para mandar, para ordenar, para controlar, seguimos las directrices de la razón, nos convertimos en seres que nos olvidamos que la mente se está convirtiendo en un gran tirano, que no deja paso a lo más importante, que es el corazón. El que necesita controlarlo todo, contralar el futuro, es un perfeccionista, y el perfeccionista por definición, es el eterno insatisfecho, no disfruta porque nunca nada está a la altura de lo que uno quiere.


Sin capacidad para disfrutar: Decía Víctor Fauché “el trabajo más productivo sale de las manos de un hombre contento”. Los triunfadores son aquellos que disfrutan en su trabajo y eso significa que si yo y mi mirada es siempre de juicio, de perfección, no puedo disfrutar, porque el perfeccionista, el que necesita controlar su negocio, su familia, sus hijos, todo, vive constantemente sufriendo, porque a veces llega a buscar un nivel irreal. Ser perfeccionista es agotador y uno se compara... y cuando uno compara, coteja superficies, no profundidades, uno ve lo exterior, pero no sabe realmente lo que está sucediendo.


Sin actitud: La diferencia entre nuestra mejor versión y nuestra peor versión, es la actitud que yo tengo ante la vida. hoy en día sabemos que cuando uno se levanta por la mañana y dice: creo que va a ser un buen día, mi corteza prefrontal, que es la de la concentración, de la planificación y de la resolución de problemas, aumenta el flujo de sangre y las conexiones. Cuidado con el antiboicot que nos lleva a fracasar, antes incluso de haber empezado. Sólo con pensar: lo voy a conseguir, mi cerebro se activa para que yo sepa y sea capaz de hacerlo.


Vivimos en el rencor: Cuidado con el rencor. Qué es el rencor, el rencor es quedarse dolido y no olvidar. La felicidad consiste en buena salud y mala memoria. Cuidado con el rencor, porque el rencor consiste en que los dos motivos principales de mi vida, se convierten en la revancha y en el odio. La gente con rencor, enferma.


No sabemos perdonar: El perdón es un acto de amor y el perdón tiene dos notas: una la inmediata... perdón, aunque no lo sita del todo, pero hay otra... aliviar, ese sentimiento o esa sensación de tensión... o que en ese momento uno siente que la culpa es de el del al lado, pídele perdón... porque se alivia la situación... que el más generoso le pida perdón al otro, aunque sea el de la culpa, pero ayuda... y la segunda nota del perdón es a largo plazo y es... el perdón consiste en renunciar al odio y a la revancha, perdonar es ir al pasado y volver sano y salvo... y volver ileso... se perdona, a veces cuesta y no es que sea algo fácil, hay que evitar hacerse las víctimas, hay que intentar evitar en nuestra mente ese paisaje mental tóxico, pero hay que ver a la persona que nos ha herido digna de compasión...


Ser buena persona: La base de un cerebro sano es la bondad. Hay que basar nuestras relaciones en lo que nos une, más que en lo que nos separa. Si buscamos argumentos siempre tendremos miles para separarnos, pero hay que unirnos. La compasión es superior a la empatía, la empatía es la capacidad de ponerse en el lugar del otro, la compasión es que me pongo en tu lugar, pero con instrumentos de tiro para arriba.


No miramos dentro: Tenemos que volver a mirar a nuestro interior. Cuando yo hablo de meditar, cuando hablo de todo esto relacionado, habló también de que hay que aprender a parar, ordenar para ver, observar y disfrutar.


Parar y observar: Seguro que te habéis fijado que para observar y contemplar de verdad, hace falta pararse, corriendo no se percibe la belleza, miramos tanto el reloj que no damos tiempo a lo importante, aprovechar una tarde de domingo y poner el teléfono en modo avión, sin miedo a desatender una llamada, sin estar constantemente preocupados por una noticia, por un twit... no pasa nada... no necesitamos estar conectados las 24 horas del día, hay que aprender a perder un poco de tiempo, ganando en paz y en serenidad.


Para ser feliz: La felicidad no se define en el fondo, la felicidad se experimenta.


Despierta... wake up...

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